jueves, 27 de diciembre de 2012


El Congreso convierte en trámite inane el ‘examen’ al nuevo presidente del CSN

Los partidos cubren de elogios a los candidatos al CSN sin entrar en cuestiones espinosas

El secretario de Estado de Energía salta al regulador tras un simple trámite en el Congreso

El pacto PSOE-PP-CiU permite que la antinuclear Narbona sea consejera sin problemas



Cristina Narbona con Fernando Martí en el Congreso. / LUIS SEVILLANO


En una sesión de guante blanco, casi como entre amigos, el Congreso ha avalado que Fernando Martí Scharfhausen pase de ser secretario de Estado de Energía a presidente del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), un organismo independiente del Gobierno. Solo Izquierda Plural se opuso a su nombramiento. Los diputados también han acogido sin cuestiones espinosas y por unanimidad la designación de la socialista Cristina Narbona, declarada antinuclear, como consejera del organismo. El CSN depende del Congreso, su presidente tiene rango de ministro y seis años de mandato, pero los nombramientos los cocinan los partidos a puerta cerrada. No es la primera vez que los exámenes del Congreso son un trámite vacío. En 2008, por ejemplo, los partidos cubrieron de elogios a los candidatos que ellos mismos habían elegido para el Poder Judicial.

Martí llegó a la Comisión de Industria y leyó un breve texto (de menos de cinco minutos) sobre la importancia del CSN y su relación con otros organismo internacionales como el OIEA porque “en el sector nuclear de poco valen las regulaciones nacionales”. Al poco de iniciar la lectura, Martí ya estaba enumerando las guías que seguiría su trabajo “con la ayuda de Dios”. Así daba por concluido su examen en el que debía demostrar su idoneidad para el cargo y que no hay conflicto de intereses.

Entre los diputados, solo Chesús Yuste (Izquierda Plural) criticó su nombramiento al considerar “reprobable” su actuación al frente de la secretaría de Estado de Energía, donde ha promovido, entre otras cosas, una moratoria a las renovables.


Martí anuncia que cumplirá el cargo "con la ayuda de Dios"

Pese a que el paso por el Congreso es una especie de examen, los diputados no han formulado apenas preguntas. Ni sobre Garoña, sus planes de futuro o su independencia del Gobierno. Por turnos han ido alabando al candidato mediante reflexiones generales. “Tiene un amplio currículo donde se pone de manifiesto que a lo largo de su vida ha estado ligado a la energía”, declaró el portavoz socialista, José Segura. “Tiene usted un talante dialogante”, añadió Segura, cuyo partido ha sido muy crítico con la política energética del Gobierno. Su único reproche ha ido dirigido al equipo saliente, al señalar que “la transparencia del CSN es notoriamente mejorable” y le pidió a Martí independencia del Gobierno.

El portavoz popular, Mario Flores, tampoco ha querido preguntar a Martí por sus proyectos ni por su salto del Gobierno a un regulador: “Tiene experiencia, méritos, capacidades y aptitudes más que suficientes”. Jordi Jané, de CiU, también ha apoyado el nombramiento tras pedirle atención a los entornos de las centrales nucleares.

En el turno de réplica, Martí ha agradecido los elogios y a Yuste, el único crítico, le ha replicado con un sorprendente: “No puedo entrar en el debate”. Sí ha añadido que “la seguridad es el único objetivo” y que “la transparencia va a ser siempre un norte y un reto”.


Diputados critican en privado el formato de los nombramientos

En poco más de media hora, el Congreso daba así luz verde al nombramiento de Martí, que previsiblemente certificará mañana el Consejo de Ministros. Tendrá rango, sueldo y tratamiento de ministro y un mandato de seis años. Martí no aceptó preguntas de la prensa a la salida.

Después llegó el turno de Narbona, que -sin leer- sí hizo un repaso a su trayectoria para justificar por qué, en su opinión, era apta para el cargo de consejera, con rango de secretaria de Estado: “Mi nombramiento está justificado por mi larga trayectoria relacionada con el medio ambiente. Desde 1993 hasta ahora he mantenido una tarea relativa a la protección ambiental de este país”.

En el turno de los portavoces parlamentarios siguió la tónica amable. Así, se ha dado el caso de ver a un diputado popular alabando la trayectoria de Narbona: “Es una candidata adecuada para ser miembro del CSN. Tiene una visión privilegiada del panorama internacional y un mix profesional sólido”. Solo hizo una alusión de pasada a su postura antinuclear y le pidió que tenga en cuenta el déficit energético de España.


El presidente tiene rango de ministro y un mandato de seis años

En la réplica, Narbona defendió que su condición de antinuclear no le invalida para el CSN: “No creo que mi condición de pasado crítico con la energía nuclear sea negativo sino todo lo contrario. Si se trata de ser estricto con las empresas yo seré extraordinariamente estricta”.

Tras esa sesión de guante blanco, quedaba renovado parcialmente el CSN. Pese a los parabienes, había diputados que no estaban del todo satisfechos de lo ocurrido. “Ha sido un paripé, tenemos que cambiar este formato para que los diputados estemos arriba y los comparecientes abajo y se les pueda hacer preguntas sobre la marcha para que sea un órgano de control verdadero”, opinaba un diputado con la condición del anonimato. Otros se resignaban a que es algo inevitable cuando los nombramientos llegan a la Cámara pactados de antemano entre PSOE y PP.

No es la primera vez que el Congreso se pone de perfil en temas nucleares, aunque el CSN no depende del Gobierno y sí del Parlamento. Tras el accidente de Fukushima, en marzo de 2011, la presidente del CSN, Carmen Martínez Ten, pidió comparecer en la Cámara y nunca obtuvo respuesta. Su primera comparecencia en más de dos años se produjo hace menos de un mes.

Ahora falta por dar mandato a Rosario Velasco (propuesta por el PSOE) y Fernando Castelló (del PP), que están ya como consejeros pero que entraron sustituyendo a dos que cesaron. Solo queda con mandato Antoni Gurguí, propuesto por CiU.

Con la salida en el último año de Antonio Colino (ingeniero) y de Francisco Fernández (físico), el pleno del CSN queda con el perfil menos técnico en años: hay un exsecretario de Estado, tres exdiputados y solo un ingeniero, Antoni Gurguí.

El CSN emite informes vinculantes sobre la seguridad de las nucleares y tiene sobre la mesa el cierre de la nuclear de Garoña. Hasta ahora, y por unanimidad, se ha mostrado inflexible sobre los plazos que necesita para estudiar la documentación de una eventual prórroga de vida de Garoña. En 2009, los cinco consejeros votaron a favor de una prórroga de Garoña con condiciones hasta 2019. Y lo hicieron en contra del criterio del Ejecutivo socialista.

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